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prepagos en mocoa en español

Prepagos Mocoa
En un parador de Mocoa, capital del departamento del Putumayo, tres hombres y cinco prostitutas estaban en una gran rumba. La fiesta sexual tenía todos los ingredientes. Las mujeres eran llevadas a fiestas de “manes duros” por Tato, era el más grande proxeneta del pueblo, todos lo conocían, si querían algo fuerte, todos acudían a él. Trabajo De Acompañante
Los tipos estaban en el bar del estadero, whisky, música y baile; Ángela ya había escogido su hombre mientras bailaban. Aunque se supone que ellos escogían, ella sabía cuál era el suyo, efectivamente escogió al suyo y rápidamente subieron al cuarto, con sus manos la empujo a la cama fuertemente y al caer sobre ella se quedó viéndolo «Querías este hermoso culo y  te lo voy a dar papi» le decía dice mientras entra al baño, abre su cartera y saca una de las botellas de lubricante,  se lo aplica en la vagina y en el culo y vuelve a donde estaba su hombre esperándola, antes deja el frasquito en la rinconera de noche a un costado  de la cama.   «Quítate la ropa puta» le dijo  de manera amenazante,  inmediatamente me bajo mis pantalones con todo y tanguitas, dejando al aire mi vagina perfectamente afeitada y sentía que se asomaba mi clítoris, que es grande pero no tan grande como el de Esperanza Gómez,  pero nada se compara a la verga que me estaba a punto de comer, me quité mi blusa y  me di la vuelta, poniéndome de perrito sobre la cama «cuantas vergas te has tragado, perra» me dice en el momento que ve mi culo; mi culo es muy grande y respingado muy femenino,  tengo la súper cintura, mi cuerpo es bastante marcado, y hubo un tiempo en el que hacia pierna día de por medio, por lo que mis nalgas están bastante formadas y duras gracias al gym.
Inmediatamente después de la observación me cimbrea las nalgas  en ambos lados una y otra vez, posteriormente abre el resbaloso lubricante y arroja un corto chorrito sobre mis posaderas sin vello, y con sus manos lo frota todo sobre mi raya y mis nalgas, sus manos son fuertes y ásperas, el lubricante también hacia que yo pudiera sentir cada movimiento, sin contar lo excitada, antes ya me había tomado unos aguardientes y gracias al alcohol se me hacía mucho más arrechante la situación; luego de echar otro chorro de  lubricante, metió uno de los dedos en mi vagina y empezó a darme dedo en el clítoris y en el ano, sus dedos eran gruesos y sentirlos dentro de mí me dio un corrientazo en todo el cuerpo, yo me flexione hacia abajo, con mi cabecita y pechos pegadas a la cama, y mi culo detenido en el aire, luego de agitar su dedo dentro y fuera, embutió el segundo, una vez tenia ambos dedos dentro de mi vagina, los movía de lado a lado; yo soltaba gemidos cada que sus dedos jugaban con mi interior, pero eran silenciados por las almohadas de la cama, levanté mi cabeza y volteo a verlo «Por favor, cójame» le digo entre suspiros y gemidos, con sus dedos dentro de mi vagina y con la otra nalgueándome más.
«¿Te gustó mi verga verdad?» me dice «no aguantas más que quieres tenerla dentro» añade, yo estaba a mil, hipersensible y con ganas de venirme.  «Bien puta, veamos que tal» dice sacando sus dedos de mi vagina de un solo movimiento, haciendo que gima un poco más, para luego agarrarse la verga, echa más lubricante en mi panucha y también en toda su verga, con su mano erguida ubica la punta sobre mi ojete y con la otra trinca mi talle desde atrás, resguardando parte de mis nalgas y mi cintura a la vez «No te la voy a meter hasta que yo quiera» dice mientras pasa su verga por toda la raya de mis nalgas, de arriba abajo a abajo extendiendo el resbaladizo lubricante, prontamente y de  un momento a otro,  decide meter su cabeza, lograba concebir como me partía cada vez más, mi cuerpo y mis piernas temblaban, sentía como me partía en dos poco a poco; fue metiéndola lentamente  y yo no paraba de gemir con cada centímetro que entraba dentro de mí, mis manos agarraron la cama firmemente, y apretaba todo mi cuerpo para que su verga entrara, poco a poco fue llegando al fondo, en la cual se echaba para atrás y pronto tornaba a introducirla, una vez más y más inclusive hasta el fondo.

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